La pureza y luminosidad de la
piel del rostro constituyen parte de nuestra belleza. Es interesante saber detalladamente los
sistemas más adecuados para conocer los diversos tipos de piel, cuidarla con
regularidad y otros factores para conseguir mejorar su aspecto y aumentar su
tersura.
La limpieza constituye la base de
la estética. Si aprendéis a limpiaros bien y creías una rutina diaria conseguiréis
que vuestro rostro respire y lograreis mantener una piel más joven.
Debéis empezar a limpiaros y
protegeros la piel desde la adolescencia. En efecto, para tener una cara joven
y saludable es imprescindible empezar a cuidarla desde la adolescencia. Hacia
los veinte años se puede empezar a usar las cremas nutritivas y regeneradoras
adecuadas a cada caso. A los treinta se habrán de efectuar curas periódicas dos
o tres veces al año (dependiendo piel), sobre todo a la salida del verano y al
comienzo de la primavera. Es a los cuarenta cuando estos tratamientos estarán dirigidos
a combatir las arrugas.
Recordad, la piel siempre constituye
el espejo de nuestra salud. Por tanto, si queréis conservarla fresca y juvenil
evitad los excesos, cuidad el buen funcionamiento del hígado y los intestinos,
no bebáis alcohol en exceso, fumad poco y seguid una dieta saludable.
PRINCIPALES PRODUCTOS
PARA CUIDARLA
Los productos destinados al
cuidado de la piel son muy numerosos, siempre nos sucede que no sabemos cuál será
el adecuado para nuestra piel. Es
preciso que uséis con perseverancia los productos que hayáis elegido o os hayan
asesorado, tanto si os los aplicáis una sola vez al día como varias, no debéis
interrumpir el tratamiento.
UTILIDAD DE LOS PRODUCTOS
Leche limpiadora. Se emplea para
la limpieza de la piel del rostro, en sustitución del jabón.
Crema limpiadora. Se utiliza para
quitar todo rastro de maquillaje antes de proceder a la aplicación de una
nuevo, o bien, por la noche, antes de ir a la cama. Existen de varios tipos.
Tónico. Se una para terminar bien
la limpieza iniciada con la leche o la crema hidratante, además sirve para
activar la circulación sanguínea y tonificar los músculos de la cara. Existe el
tónico en diversas formas: para cutis graso, para cutis normal, o para cutis
sensible. Se una impregnando un algodoncito de tónico y pasándolo por toda la
piel.
Crema nutritiva. Como norma
general, la crema nutritiva se aplica por la noche o la crema limpiadora y el tónico.
Crema hidratante. Contiene
sustancias que conservan la riqueza de las células de la piel. Esta crema se debe alternar con una crema nutritiva.
Crema protectora. La crema
protectora es en realidad una crema base
fluida.
Cremas purificantes. Son cremas
especiales cuyo uso está indicado en pieles con granos, poros dilatados, etc.
¿QUE TIPO DE PIEL
TENGO?
Esta es una pregunta muy
frecuente entre nosotras, pero la clase de cutis depende de muchas cosas. La personalidad, el carácter, la edad se
reflejan en el rostro, centro de la belleza.El rostro debe cuidarse y
mejorarse con productos y maquillajes adecuados, mucho más que cualquier otra
parte del cuerpo.
Analizaremos ante todo la piel
del rostro, ¿Qué es lo que nos pide? Para poder cuidarla y mimarla debemos
conocerla. ¡Bien! Cojamos un trozo de
papel y pasémoslo por encima de la cara (después de haberla limpiado) apretando en las partes correspondientes a
la frente, ambos lados de la nariz, las mejillas y la barbilla. Si la piel
es grasa, el papel quedara recubierto de una capa translucida, si es normal, de
una ligera capa y si es seca no quedara en el huella alguna.
Observad atentamente vuestra cara
en el espejo. La piel grasa
presentara numerosos granitos, especialmente en la nariz, frente y barbilla.
Sin embargo, alrededor de los ojos y en las mejillas aparecerá tersa. La piel
grasa es indudablemente la que resiste con mayor facilidad el cruel ataque de
las arrugas.
La piel seca aparece lisa en las mejillas, la barbilla y nariz, pero
alrededor de los ojos y en las comisuras de los labios esta surcada por
pequeñas arruguitas.
Las afortunadas que posean la piel normal contemplaran en el espejo
una imagen lisa y uniforme, sin granos, o con pocos.
Esta primera clasificación de los
diferentes tipos de piel debe ser ampliada ya que no siempre la epidermis pertenece a uno de los tres principales
grupos.
La piel mixta, la más difícil de cuidar, posee zonas grasas en la
frente, en la nariz, y en la barbilla, con granos, mientras que en las mejillas
y alrededor de los ojos es frágil y delicada y está expuesta al ataque de las
arrugas.
La piel asfixiada presenta muchos poros dilatados especialmente a
ambos lados de la nariz, en la mandíbula y en la frente, pero en ella aparecen
pocos granitos, ya que los poros, precisamente por dilatarse tanto, no retienen
el sebo. La piel deshidratada, que se da sobre todo a partir de los veinticinco
años, aparece hermosa y uniforme. Es una piel que, como su propio nombre nos
indica, no es totalmente lisa y tersa. Habrá que tratarla siempre con productos
hidratantes.
¡Mañana os hablare de la "Operación limpieza"!
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María Navarro